Cuando juego Preguntados, me encuentro con una disyuntiva permanente: o bien me dedico a jugar o bien me dedico a corregir casi todas las preguntas que me tocan contestar. Claro que jugar es infinitamente más divertido que corregir, pero el espanto que me producen algunas preguntas me obligan a pensar que nadie las revisa, que […]