¿Cómo armar un emprendimiento?
Dimensión existencial
Al preguntarnos sobre cómo armar un emprendimiento, podemos considerar perspectivas diversas. Entre ellas, la operativa y la existencial.
Diferentes emprendimientos necesitan distintos enfoques tanto desde de lo cuantitativo (dinero necesario, publicidad, empleados, etc.) como de los cualitativo (permisos, calidad, cliente objetivo, etc.), pero especialmente desde lo personal. Al tomar la dimensión existencial del emprendimiento, lo que hacemos es incluir en nuestro proyecto aspectos subjetivos de cada persona que emprende, ya sea de manera solitaria como en equipo, y que nada tienen que ver con el plan de negocio, en un principio.
Saber qué y cuánto estamos dispuesto a dar desde lo personal (no hablamos aquí de lo económico) resulta vital para saber cuál es el compromiso que estamos dispuestos a asumir.
Las siguientes consiedraciones nos ayudan a clarificar la proyección:
1) ¿Cuántas horas, en qué horarios y cuántos días estoy dispuesto a trabajar?
Esta pregunta permite trazar una agenda aproximada. No es lo mismo abrir un bar de tragos que un restaurante o una cafetería. Pero si en un principio establecemos que no queremos trabajar por las noches, entonces un bar de tragos puede no ser la mejor opción o tendremos que ser creativos para vender tragos durante el día.
2) ¿Con cuántos clientes diarios, semanales, mensuales o anuales deseo trabajar?
No es lo mismo armar un emprendimiento que venda productos al menudeo (por ejemplo un drugstore o una tienda de accesorio para mascotas) que una agencia de automóviles usados. La rentabilidad es diferente y la cantidad de clientes a atender, también. Podemos considerar la atención de 4 clientes por día (artículos de lujo, por ejemplo) o buscar la atención de 150 personas (en un pequeño almacén).
3) ¿Qué nivel de relación estoy dispuesto a entablar con los clientes?
Utilizando una plataforma de ecommerce, el contacto físico con el cliente es casi nulo. Una veterinaria que atiende pequeños animales genera un vínculo personal con el cliente mucho mayor y con más carga emocional.
4) ¿Con cuánto personal quiero trabajar?
Tener un comedor con 60 mesas es diferente a tener un comedor que no atienda más de 12. Abrir un supermercado difiere a proyectar una tienda de barrio. La cantidad de personas requeridas es muy diferente. El desgaste, también.
Esto permite trazar, aproximadamente, una serie de indicadores que nos sugieren caminos a seguir y situaciones a evitar.
Suponiendo que podemos (esto no siempre es fácil o posible) elegir entre diferentes emprendimientos, consideremos las siguientes elecciones:
Ejemplo 1.
1) Deseo trabajar 8 horas diarias de miércoles a domingo no antes de las 16 horas.
2) Me gustaría atender hasta 150 clientes por día
3) Quisiera un trato superficial, mínimo. Mucha rotación de venta y de clientes.
4) Preferiría no trabajar con más de 5 personas.
Ejemplo 2.
1) Deseo trabajar horario corrido, de lunes a viernes, empezando lo más temprano posible por la mañana.
2) Me gustaría no atender más de 15 personas por día.
3) Quisiera relacionarme estrechamente con mis clientes. Poca rotación de clientes y de ventas, pero con alta rentabilidad.
4) No quisiera trabajar con más de una persona.
Esto plantea dos situaciones deseadas que al armar el emprendimiento se deben considerar, a menos que el emprendedor elija a conciencia que prefiere el dinero o el éxito del emprendimiento por encima de su elección personal (en este aspecto, cabe remarcar que la edad puede ser un factor de decisión, ya que las prioridades a cuidar pueden diferir según la edad del emprendedor).
Los casos son diferentes desde la perspectiva personal, pero no necesariamente desde el emprendimiento a realizar. Si tomamos los ejemplos anteriores para dos personas que quieren dedicarse a las mascotas, se pueden dar dos casos diferentes. El primero, puede distribuir accesorios y alimentos con un equipo de trabajo (un grupo de personas independientes o empleados), dedicando el fin de semana a llevar el alimento a barrios privados o lugares alejados de la ciudad. El segundo, puede tener una peluquería para perros de pelaje delicado, con dedicación de una hora por mascota y trabajando con clientes de mayor nivel adquisitivo, pero en menor cantidad.
Desde Impulsio consideramos que si un emprendimiento no mejora nuestra calidad de vida, se hace indispensable pensar si vale la pena continuar con él. Por eso te recomendamos que leas sobre la etapa 0 en el armado de un emprendimiento.