Esta pregunta abunda en todos los ámbitos en los que se hable de emprendedores y de emprender. Y es harto conocida la respuesta: «a emprender, se aprende». Pero me animo a sumergirme en esta pregunta y hacer una nueva: ¿jugador de fútbol se nace o se hace? ¿Concertista de piano se nace o se hace?
Es claro hacia adonde apunto la respuesta: todas las prácticas en las que estamos involucrados son mejorables y suceptibles de perfección. Sin embargo, nadie piensa que a jugar como Messi se aprende, que a tener el dominio de la pelota de Maradona es cuestión de práctica, que escribir como Jorge Luis Borges o componer como Wagner o jugar al tenis como Federer es sólo una cuestión de entrenamiento. Nada está más alejado de la realidad. Con los emprendedores sucede algo similar: todas las actividades relacionadas con emprender pueden aprenderse y mejorarse, pero existen capacidades y talentos que no pueden aprenderse y que son propios de la o las personas que emprendan. Incluso me animo a ir más lejos: no existe un único perfil de emprendedor, como no existe un único estilo para escribir ni existe un único género musical. No necesita desarrollar las mismas competencias un emprendedor cultural que uno industrial o que uno del sector informático. Aunque hay denominadores comunes entre los emprendedores, en general se requieren diferentes cosas para lograr diferentes objetivos y procesos. Sería estúpido pedirle a Pelé que defienda el arco como lo hizo el intrañable Lev Yashin, considerado el mejor arquero del siglo XX.
De manera que ante la pregunta incicial cabe responder que emprendedor se nace y se hace y que diferentes proyectos requieren distintas habilidades, algunas de las cuales pueden ser mejoradas y otras no tanto, haciéndose palpables los límites más rápidamente. La buena noticia es que siempre existe gente con las habilidades que nos faltan y pueden ayudarnos a que la tarea de emprender no sea un solipsismo.