Un emprendimiento o empresa siempre comunica marca (brand). Lo que hacemos o lo que dejamos de hacer deja una impronta en los demás, una huella, una marca (sí, una marca en todos los sentidos). Desde cómo atendemos el teléfono (si no lo atendemos, también) hasta el tiempo de entrega de un presupuesto o de un producto. Es imposible muy difícil que las personas no tengan una opinión, un juicio acerca de nuestra empresa. Cada acción está llevando a las personas a pensar algo. Por un cartel o por la falta de uno; por la atención recibida o la cantidad de personas esperando; por un sitio web o porque no existe uno. Cualquier motivo nos lleva a elaborar un juicio acerca de un lugar o una empresa. Las acciones (o falta de ellas) de los supermercados, telefónicas, bancos, tiendas de ropa o profesionales independientes (por citar algunos casos) nos llevan a crear una percepción y, posteriormente, a convertirnos o a no convertirnos en un cliente.
Pensemos en una celebridad que no sea de nuestro agrado. Cualquiera. Un deportista, un músico, un político. ¿Qué hizo esa persona para generar en nosotros una percepción negativa? Quizá hizo algún comentario desafortunado o, tal vez, nos caiga mal porque sí. ¿Qué hizo alguien para caernos mal? A veces, nada. Pero ahí estamos con un juicio negativo. Nuestra marca también se pone en juego de manera permanente en lo físico y en lo virtual. Si la imagen online no está, como ya suponemos, dice algo.
No podemos hacer que las personas no hagan valoraciones sobre nuestro emprendimiento o empresa. Lo que sí podemos hacer son acciones para que al comunicar marca (sí, otra vez nuestra marca en todo sentido) seamos coherente con lo que deseamos transmitir y trabajemos en la elaboración de identidad. En las micro y pequeñas empresas suele darse el caso de que son los propios dueños o allegados quienes se dedican a comunicar el valor de la empresa. Si bien esta salida puede no ser una buena opción, sabemos que es la opción que pueden sostener.
Los problemas de elegir este camino son numerosos. El más peligroso consiste en que un canal mal trabajado se vuelva una publicidad negativa. Por eso, una vez más, desde Impulsio nos propusimos colaborar con emprendedores, micro y pequeñas empresas en se tarea de comunicar su marca. Si querés saber qué está transmitiendo tu marca y cuáles son sus puntos a mejorar, entonces te esperamos en el siguiente enlace.