Según Marx (el padre del comunismo) el motor de la historia está dado por luchas de clases: amos contra esclavos, campesinos contra señores feudales, obreros (proletarios) y burgueses (dueños de los medios de producción). Los opresores (dueños de los medios de producción) contratan mano de obra del proletariado (personas que trabajan en esos medios) en condiciones precarias (recordemos que Marx escribe en el siglo XIX) y obteniendo una ganancia de ese trabajo que el trabajador no cobra, lo cual, entiende Marx, es un robo. Un día, los proletarios, cansados de ser oprimidos por sus patrones, se levantarán contra ellos y tomarán las fábricas, que pasarán a ser de los trabajadores. Los obreros se harán de las empresas para repartir las ganancias que son, en definitiva, fruto de su propio trabajo. En ese momento habrá una dictadura del proletarios hasta dar un paso más hacia final la historia, cuando no hay más luchas de clases, propiedad privada, ni opresores ni oprimidos. Pero, claro, ningún dueño de fábrica, medio de comunicación o supermercado entregará a los empleados SU empresa (no olvidemos que son propietarios de las mismas) por buena voluntad o por altruismo . ¿Y cómo se obtienen esos medios de producción? Por la fuerza, por la revolución armada que liberará de la opresión a la clase proletaria. Con poco rigor, el resumen es este.