Cotizar trabajo freelance es una de las situaciones más difíciles a las que se enfrenta un emprendedor o trabajador con estas características.
El trabajador freelance es un autoempleado, una persona que no tiene patrón y utiliza su tiempo y conocimiento para obtener dinero.
Pero al montar un emprendimiento, este enfoque necesita ajuestes, ya que para armar una pequeña empresa hay que sumar al trabajo realizado un excedente que aportará capital al emprendimiento para crecer, expandirse y actualizarse. Además, hay que considerar aspectos que influyen en el precio final del presupuesto.
Para cotizar un trabajo freelance, hay que tener en cuenta diferentes cosas:
¿Cómo cotizar un proyecto freelance?
Lo más importante es definir cuáles son variables que influyen directmente en nuestro precio.
Horas a trabajar
Para un psicólogo o para un médico (casos paradigmáticos de trabajadores freelance y autoempleados), puede ser más claro. Los redactores saben cuánto tiempo les lleva tipear 500 palabras aunque pueden pasar varias horas sin poder producir una idea. Un diseñador o un programador puede tener más pulida la idea de lo que tiene que hacer o lograr, pero tiene problemas en precisar cuanto tiempo llevará el desarrollo. En todos los casos ser detallista y específico es la diferencia entre trabajar horas gratis o quedar fuera por cotizar horas en exceso que encarecen el proyecto.
Precio de cada hora trabajada
Esto viene de la mano del costo de un empleado. Muchas empresas prefieren trabajadores freelance, ya que se los contrata para un trabajo específico y se resuelve rápidamente cuestiones de costos y de gestión de personal.
En este punto debemos estar muy atentos para encuadrar nuestras trabajo dentro del sueldo de una persona desempeñando las mismas tareas. Se deben tener en cuenta vacaciones (para un freelance no trabajar implica no cobrar), seguro personal (no se cuenta con ART), amortización de los equipos utilizados, obra social, servicios (luz, internet, etc.), reuniones con el cliente, traslados para ejecutar el proyecto, etc. Esto se traduce en que el cliente debe pagar por un trabajador freelance más dinero de lo que le costaría contratar una persona por la misma cantidad de horas. Las empresas aprovechan de los principiantes ya que, al ser novatos, cobran apenas un poco más que un sueldo, y en algunos casos, menos. Este punto es de extrema importancia para cotizar, sobre todo si se elige ser freelance como modo de vida. Utilizar una calculadora freelance puede acelerar mucho las cosas.
Precios variables
Supongamos que un redactor es contratado como data entry y para elaborar y corregir contenido de terceros. Cada trabajo requiere un desgaste y tiempo de ejecución diferente. Lo mismo equivale para un diseñador o un desarrollador que es contratado, por un lado, para desarrollar aplicaciones y, por otro lado, se requieren sus servicios de testing. Si bien está relacionado con el punto anterior, lo importante es notar que para cada tipo de trabajo, los precios son diferentes.
Extras
Aquí dejamos puntos extra que no son estrictamente necesarios pero que ayudan a colaborar.
Equipo freelance
Contar con otras personas freelance que se especializan en disciplinas diferentes permite abarcar proyectos más grandes y ambiciosos donde hay mayor margen y posibilidades. Mucho cuidado de que nuestro equipo trabaje con los mismos estándares de calidad y plazos que nosotros.
Imagen
Ante una presentación física o virtual, la imagen marca una diferencia. Redacción, ortografía, tarjetas personales, diseño y material utilizado en la presentación, suelen dejar fuera un CV o una cotización incluso antes de leerla. Nuestra presencia en la web y nuestra presencia física dejan una impronta que puede ser decisiva a la hora de elegir un trabajo. Es admisible un precio más elevado cuando el nivel de calidad es acorde. La imagen puede ayudar con esto.
¿Y ustedes? ¿Qué más utilizan a la hora de cotizar un proyecto freelance?
sos un groso loco
Me alegro que te haya gustado esta entrada. Gracias por leer y comentar.