La ley de trabajo es muy clara respecto a las obligaciones y los derechos que regulan las relaciones laborales. Todo lo que involucra la relación empresa/trabajador, se encuentra en la ley. Toda situación confusa, juega a favor del empleado. Esta es una de las cosas que hay que tener en cuenta para contratar un empleado, ya que ante una situación poco clara o con falta de pruebas, la ley está a favor de la fuerza laboral. (Por comodidad, utilizaremos el término «empleado» o «trabajador» para referirnos a ambos sexos).
Además, es importante saber que los hábitos fijan derecho. Si una persona trabajó por las tardes durante un año, cambiarla al turno matutino podría ser un perjuicio. Estas aclaraciones son importante porque al finalizar una relación laboral, excepto en el caso de renuncia, hay que indemnizar al trabajador o ir a juicio.
Aunque la ley sea clara y la duda favorezca al trabajador, las posibilidades de la relación laboral no se agotan allí. Solo fijan un marco normativa dentro del cual debemos manejarnos. Fuera de la ley, hay sanciones más o menos severas.
Entre las cosas que debemos tener en cuenta a la hora de contratar un empleado, figuran las siguientes:
- Definir las funciones que va a cumplir y cuáles son sus deberes, obligaciones y responsabilidades.
- Establecer los horarios en los que puede
Lo primero que debemos armar es un legajo de cada trabajador en relación de dependencia. Es de destacar que al contratar personal se stablece una relación de trabajo por tiempo indeterminado. Y este no es un detalle menor, ya que supone que la relacio’n será indefinida en el tiempo (infinita, por decirlo fácil) y esto supone que la empresa, ante todo, siempre tendrá trabajo para darl y nunca cerrará. Estas dos cosas, son falsas. Las empresas no duran para siempre y las dinámicas laborales no son estáticas. La tecnología, por caso, cambia de manera permanente y nos exige nuevas formas de trabajo.
Tener en cuenta esto nos previene para entender que si hay que la relación laboral debe extinguirse, el empleado